El Descenso Internacional del Sella es una prueba deportiva internacional de piraguas que se disputa a lo largo de los 19 km. que separan los puentes de Arriondas y Ribadesella sobre el río Sella. Unida a la prueba deportiva se ha ido desarrollando una fiesta popular declarada oficialmente «de interés turístico».
Se calcula que cientos de miles de personas acuden a la fiesta de las piraguas el primer sábado de agosto, siguiendo el transcurso de la competición en trenes, denominados fluviales, o en grandes caravanas de autobuses y coches por la carretera que bordea el río. Una vez finalizado el descenso, se celebra una multitudinaria romería en el cercano lugar de Llovio, a la que acuden participantes y espectadores ataviados con trajes regionales, exótico vestuario y los típicos collares de papel. La fiesta está presidida por un doble lema: «Haga cada cual lo que más le guste, cuidado con molestar a los demás y no se moleste nadie por lo que los demás hagan, aunque lo que los demás hagan no sea exactamente aquello que le gustaría que hiciesen», y «Ponga cada uno su goce en ver disfrutar a los demás, con más fuerza aún que en el disfrute propio».
Fue en setiembre de 1930 cuando se celebró por primera vez el descenso del Sella, si bien en aquella ocasión no adquirió carácter de prueba deportiva. Se trataba de unos excursionistas de Infiesto, quince en total, quienes con su plácida excursión originaron lo que sería la fiesta más importante de la provincia. Tres de ellos paleando en dos embarcaciones: una K-1, con flotadores a ambos lados, tripulada por Manés Fernández y una K-2 plegable, de lona, dirigida por Dionisio de la Huerta -hombre vital en la organización del descenso- y Alfonso Argüelles, haciendo el recorrido desde Infiesto, por el río Piloña a Soto de Dueñas, y el resto, como acompañantes por carretera, empleando conjuntamente siete horas.
Con posterioridad se incorporaron a la excursión palistas de Gijón y Ribadesella con la intención de convertir el tercer descenso de paseo en competición deportiva. En 1945 nace el tren fluvial, con bar, banda de música, altavoces, gaitas y cohetes. Y es en 1951 cuando los países extranjeros acuden por vez primera, convirtiéndose, así, en Internacional. Hoy constituye, por el número de países participantes, una de las pruebas más importantes del continente, y por la cohesión entre la contienda deportiva y los singulares festejos que la rodean, la fiesta señera de la provincia y una de las más concurridas de la Península.
El interés turístico no ha sido más que el reconocimiento oficial de un hecho que se viene repitiendo cada primer sábado de agosto. Comienza la fiesta en el puente de Arriondas, donde confluyen toda clase de gentes.
Los palistas participantes recorren las calles de la villa formando un cortejo en honor del dios Neptuno, quien a partir de la XXXV edición del descenso impone la Gran Condecoración de la Orden Neptuniana a todo el que quiera recibirla.
Una vez alineados los piragüistas en ambas márgenes del río, se da la salida en verso:
Guarde el público silencio,
guarde el público silencio
y escuche nuestra palabra
de orden de Don Pelayo
después de medir las aguas…
Se autoriza nuevamente en Arriondas
la carrera de piraguas…
Los versos simples y festivos van acompañados de un Asturias patria querida general. Es el comienzo de la doble carrera de piragüistas y seguidores, como años atrás hicieran los excursionistas de Infiesto.
En los monolitos, alzados en el puente de Ribadesella, meta de la carrera, quedan grabados los nombres de los triunfadores. Después se celebra gran romeria en Llovio y continúa la fiesta por las calles y plazas de la villa.
Paralelos a la prueba de las piraguas han nacido diversos concursos y juegos populares, de los que el más original sería posiblemente el proyectado concurso curso internacional de hurras piraguísticos, arbitrado por cincuenta sirenas-jurados.
Alma de la fiesta de las piraguas sigue siendo el citado Dionisio de la Huerta, quien ya en los años treinta formaba parte de los excursionistas fluviales.
Fuente: Gran Enciclopedia Asturiana.